martes, 20 de agosto de 2013

Soria, Bilbao y San Sebastián


Día 1.

 Viaje de seis noches y siete días realizado en julio de 2013, saliendo con vehículo propio hasta hacer la primera parada turística en Medinaceli, muy cerca de nuestro destino final en Soria, El Burgo de Osma, la villa de Medinaceli situada en lo alto de una colina, debajo está La Estación, lugar de paso de camiones y gran tránsito, con alojamientos y restaurantes, al subir la carretera pasamos junto a una fuente que mana agua cristalina y fresca y luego en la última curva antes de llegar a la villa, la ermita del humilladero, luego pasamos a la entrada junto al arco romano, monumento que da fama a la villa, y seguimos hasta aparcar junto a un parque cerca de una iglesia o convento. Las calles adoquinadas y todo el casco histórico con casas señoriales, con sus escudos blasonados, palacios, calles estrechas, una plaza Mayor con el Palacio Ducal a un lado el Ayuntamiento en un edificio de la plaza porticada y antigua alhóndiga, Iglesias, restos de mosaicos, una ciudad medieval viva, luego vamos hasta el Arco romano, donde tenemos unas panorámicas del valle a nuestros pies de gran belleza, la villa es pequeña, coqueta y muy acogedora y tranquila.

  Como vemos que los menús de los pocos restaurantes que hay son algo subidos de precio, la mayoría son también alojamiento, decidimos bajar a La Estación que hemos visto llena de camioneros y esto es buena señal, menú con 2 platos( a rebosar la ensalada) y postre y bebida por 10,80 € en Carlos Mari, uno de los más concurridos.

Primera imagen de Medinaceli

El Arco romano de Medinaceli, único en España con tres arcos

Ayuntamiento y torre de la Iglesia desde la Plaza Mayor

Ermita del humilladero, a la entrada del pueblo



  Continuamos viaje hasta El Burgo de Osma, ciudad muy tranquila, con una gran calle Mayor peatonal y porticada en su mayor parte, que pasa por el Ayuntamiento, la plaza mayor, la catedral, y nos saca fuera de la antigua muralla, para dejarnos sobre el río Ucero, que baña la ciudad. Nos alojamos en el Hotel Virrey II un 4*, que estaba bien, salvo el baño, para mí de 3*, aquí estuvimos dos noches, al primer paseo, llovizna de bienvenida de 15 minutos que mojó todas las calles y ahuyentó a los transeúntes, fotos por la ciudad y cena a base de pinchos, aquí eran tostas, buen precio y buen servicio acompañado de un vino de la tierra, cena para dos a base de pinchos, 9 en total (el mejor el de bacalao) para dos personas, menos de 10€, en el refugio, en la calle mayor, nos pareció tan bueno que repetimos la noche siguiente.

Muralla y torre de la catedral de El Burgo de Osma

Calle Mayor al fondo Hospital de San Juan, sede de la oficina de turismo

Ayuntamiento en la plaza mayor


  Día 2.

  Madrugón para ir al cañón del río Lobos, cercano a El burgo de Osma, podéis leer la crónica de la ruta senderista en otro apartado del blog, el dedicado a senderismo, vuelta al hotel ducha, y descanso y nos acercamos a la vecina villa de San Esteban de Gormaz, donde podemos visitar la iglesia románica de San Miguel del s. XI la primera porticada de España, no es visitable el interior pero nos explayamos viendo sus capiteles labrados, cada cual distinto al anterior, y junto a ella hay un camino que nos lleva hasta el antiguo castillo, hoy muy deteriorado, que optamos por obviar y continuar camino hasta la Iglesia de la Virgen del Rivero también porticada y desde la que tenemos una gran panorámica de la ciudad y su entorno.

Pórtico de la Iglesia románica de San Miguel s.XI

Vista de la Iglesia de San Miguel y resto del Castillo, desde Virgen del Rivero

Ventanal en la Iglesia románica del Rivero

  Después de refrescarnos un poco, a la vuelta a El Burgo de Osma, vamos hasta el antiguo asentamiento de Oxama en lo alto del cerro más próximo a la ciudad, con una atalaya a la que se puede acceder y desde la que tenemos una vistas inmejorables a todo nuestro alrededor, restos de un pequeño poblamiento en el cerro  y una cisterna visitable bajo tierra, donde antiguamente se recogía agua de lluvia para su aprovechamiento, hay también una aula explicativa pero al ser hora de cerrar nos recomienda la visita a los restos y las vistas.

  Desde estas atalayas, antiguas torres vigías, se pueden ver otras en la lejanía que conformarían un magnífico sistema de avisos, en caso de  incursiones enemigas, desde aquí vemos el valle del río Ucero y del Jalón, así como la silueta del castillo de Gormaz, y otras atalayas, una vista al atardecer de la ciudad de El Burgo de Osma de tarjeta postal.

  De vuelta a la ciudad, para cenar y variar lo del día anterior pedimos unas cervezas artesanas, hechas por gente del pueblo, y una tabla matancera, con torreznos, morcilla, cabeza de lomo, pan y chistorra, y un par de pinchos y cena de nuevo esta vez menos de 15 € los dos. Una vez anochecido en la plaza mayor en las mesas de las terraza puedes tomar un helado o cualquier bebida fría.

Restos del antiguo asentamiento de Uxama

Vista desde la atalaya, a la izquierda Ciudad de Osma, el Burgo de Osma, el castillo y el río Ucero

Tabla matancera en "El refugio", para chuparse los dedos
  Día 3.

  Salida hacia Bilbao, y llegada al hotel, aquí cogimos el Abanto, 4* con parking, ya que en la ciudad el tema de aparcamiento es algo complicado, muy cercano al casco viejo, solo hay que cruzar la ría por el puente del Arenal, y ya estamos junto al teatro Arriaga, un edifico que destaca junto a la ría, desde aquí cogemos la calle que va directa a la catedral, y hacemos un alto en "El Txoko de la Mari", aquí establecimiento refrigerado, servicio excelente, menú 10 €, una gozada, y además con wifi.

  Continuamos hacia la catedral de Santiago de Bilbao, en la esquina anterior la fuente del perro, fuente antigua de la ciudad que da nombre a la calle contigua y aquí empieza la zona de las 7 calles llenas de lugares de pinchos al atardecer y a la hora de comer, con sus vitrinas coloristas de pinchos y sus listas de vinos. La catedral y el mercado de la ribera ya están cerrados al público, vamos hacia la calle la cruz, y la plaza Unamuno muy bulliciosa por la tarde, desde aquí se inicia una larga escalinata que nos llevará hasta la iglesia de Begoña en lo alto de la ciudad, pero lo dejamos para otro día, volvemos, cruzando la plaza nueva, de nuevo al arenal, junto a este la Iglesia de San Nicolás, paseamos siguiendo el curso de la ría, vemos el Ayuntamiento y su puente, vamos aproximándonos al puente de Calatrava,¡ todo en este señor ha de ser blanco!, cruzamos al otro lado, vemos por la ría gente con piragüas, otros haciendo paddle surf, y nos acercamos al Museo Guggenheim, obra arquitectónica que hace grande a Bilbao y a su entorno, es algo espectacular, y eso que no vimos el interior, solo la tienda del museo.

Escultura arácnida junto al Museo

Escultura vegetal perruna en los alrededores del Museo

  En la parte alta del Museo hay una oficina de turismo, y lo poco que nos queda por ver, optamos por visitar la antigua Alhóndiga, siguiendo la calle junto a turismo, es un antiguo edificio renovado totalmente, ahora es un centro de ocio polivalente, con tres edificios integrados en el interior y en cuyos bajos hay una serie de columnas diseñadas y representando cada una de ellas a una de las 43 religiones existentes en el mundo. Tomamos un refresco ante el calor de la tarde junto a la alhóndiga, algo caro 4 colas light, 8€. De vuelta al hotel para descansar de la caminata.

  Para cenar fuimos hacia la calle del perro, y vimos la Iglesia de Begoña, desde el único punto desde el que se puede ver, está indicado, como vimos poco ambiente, era algo pronto, fuimos hasta la plaza nueva, y entre el Charly y Eneko, a base de pinchos y vinos cenamos, de nuevo paseo por la ría, hasta ver el Museo Guggenheim a la noche, detrás de él la torre Iberdrola, imponente rascacielos, por el paseo de la ría solo turistas, muy tranquilo el lugar y vuelta por el otro lado de la ría.

Museo Guggenheim y torre Iberdrola al fondo

  Día 4.

  Salimos de Bilbao para ver la costa vizcaína, o parte de ella, hacia Bakio y su playa y dirección San Juan de Gaztelugatxe, ermita enclavada en una enorme roca junto a la costa unida por un pequeño puente y ascenso de nuevo por una larga escalinata hasta llegar a la ermita. La ermita en si es pequeña, austera, pero las vistas y el camino que nos lleva a ella, con unas vistas espectaculares de la costa son muy bonitas.

La ermita y el camino de ascenso
  A la vuelta nos dimos una gran sudada, daba un sol de justicia y eso que solo eran las 11 de la mañana, no imagino hacer la subida a las 2 del mediodía.
  Desde aquí por la carretera de la costa seguimos hasta Bermeo, pero al no encontrar sitio para aparcar continuamos hacia Mundaka, paraíso para surfistas, y su famosa ola izquierda, como es un día en calma y caluroso, la ola ni se la espera, acostumbrados al mediterráneo, aquí las playas son pequeñas y escasas, así que vemos mucha gente bañándose en el mismo puerto junto a los barcos de recreo, o con accesos por escaleras  y barandillas desde el mismo puerto, pueblo pequeño con las casas junto al puerto, plaza del ayuntamiento y bares llenos junto al paseo del pequeño puerto deportivo, otra playa abarrotada a unos metros más hacia la carretera y poco más vimos.


Bañándose en el espigón. Mundaka
  De nuevo a la carretera para llegar a Lekeitio, pueblo costero, carreteras con muchas curvas, hay que subir y bajar montañas varias veces, hay un aparcamiento en la entrada del pueblo. Paseo hasta llegar al puerto, con un paseo grande lleno de bares y frente al puerto una pequeña isla, al otro lado del paseo se inicia la playa desde la iglesia de la Asunción con una bonita puerta y pórtico lateral enrejado. Por las calles adyacentes bares de pinchos y turistas por todos lados, mucho ajetreo, como hay que conducir optamos por no ir de pinchos sin vino, así que buscamos un menú económico y el que más fue en el batzoki, 12 o 14€ por cabeza pero no corresponde el precio al servicio y la comida, no lo recomiendo ni volvería a este sitio. Regreso a Bilbao descanso en el hotel, durante el reposo cae una tormenta de verano de media hora que deja mojadas las calles y poco más, el calor continúa. A la hora de cenar vamos de pinchos esta vez a la calle García Rivero, el Ekelo estaba de vacaciones y optamos por otro frente al huevo frito, grandes cañas de cerveza y pinchos muy variados y bueno, imagino que igual que muchos de alrededor.

Paseo del puerto e isla al fondo. Lekeitio
  Día 5.

  Nos dirigimos a San Sebastián, en una hora por autovía se llega con facilidad, es domingo y los parkings próximos a la playa de la concha están llenos, cogemos uno en un centro comercial cercano a nuestra pensión, en Donosti el alojamiento está por las nubes, y una pensión cuesta como un hotel en Bilbao. La pensión escogida fue la Añorga, ubicación a un paso de la concha y de la catedral, pero el lugar, o al menos nuestra habitación para puntuar de 0 a 10 un 0, azulejos del suelo que se mueven al pisar, casi todos, armario exigüo, balcón interior con ruidos constantes por la noche, aseo minúsculo, bueno lo único bueno que al día siguiente anulamos la segunda noche y nos fuimos hacia Calahorra, en el camino de vuelta.

  San Sebastián, en domingo la playa de la Concha e imagino que el resto, a rebosar de gente, se nos quitaron las ganas de baño, paseo junto a la playa hasta el inmenso edificio del Ayuntamiento, junto a éste un tiovivo muy concurrido, y tras él accedemos al casco antiguo, donde encontramos los bares de pinchos y tiendas de souvenir, artesanía, e iglesias, optamos por comer de menú y fuimos al Zaguan en la calle 31 de agosto, como nota un 4, económico pero poco más, menú de 10€ con opciones para elegir primeros y segundos, con platos normales, imagino que dirigido a turistas, como muchos por la zona.

  Callejeamos por el barrio, e iniciamos un recorrido desde el paseo frente al Kursaal y la desembocadura del Urumea, rodeando el monte Urgull, por el rompeolas hasta llegar al Acuario,
siguiendo por el puerto hasta llegar de nuevo al Ayuntamiento y por todo el paseo de la playa de la Concha, el paseo de la playa de Ondarreta, previo descanso con refrigerio, hasta el peine de los vientos y vuelta hasta el funicular de Igueldo, desde el que se tienen las vistas más espectaculares de San Sebastián, cada 20-30 minutos sube un funicular (3€ adultos), en la cima además de las vistas, tenemos un parque de atracciones que hará las delicias de niños y adultos.

Playa de la Concha a tope

Peine de los vientos, al final del paseo de la playa de Ondarreta

Vista de San Sebastián desde el monte Igueldo
   Después de la larga caminata, junto al funicular cogemos un bus que nos deja junto a la catedral del Buen Pastor cerca de la pensión, visitamos la catedral y descansamos algo en la pensión. De vuelta para la cena por el casco antiguo, justo frente a la basílica de Sta. Mª del Coro una parada y una segunda en Martinez, en la calle 31 de agosto, este último me gustó más la variedad, elegías varios pinchos y un vino y te sales a la calle en una mesa alta a comer viendo la gente pasar. Luego un helado artesano para llegar de nuevo al  paseo por la playa de la Concha ahora con visión de noche, está desierta y con marea baja el mar está muy lejos del paseo. Antes de darnos cuenta comienza a chispear y nos damos una carrera hasta la pensión para resguardarnos del agua. Noche ruidosa en la pensión y última.

Monte Urgull, Ayuntamiento, desde los bajos de la playa de la Concha
  Día 6.

  Dejamos la pensión y visitamos Hondarribia, hermoso pueblo amurallado, en parte, y con casas conservadas casi hasta la actualidad muchas de ellas, muy cuidado, con un parador frente a la oficina de turismo en su plaza mayor, palacetes, vistas del puerto y la playa, una gozada callejear a primera hora de la mañana con pocos transeúntes por su casco viejo, luego nos vamos de playa hasta San Juan de Luz, donde nos cuesta encontrar la playa, pero con aparcamiento gratuito a mediodía en primera línea.
  Es una pequeña playa de la concha, por la forma, y con poca gente, para lo que vimos el día anterior en Donosti, baño tranquilo con agua fresquita del cantábrico, y vuelta a la frontera con Irún, aquí en la encrucijada de caminos de la frontera (Behobia) hay un complejo de tiendas y gasolineras, supongo que para los franceses del otro lado de la frontera, que vienen a comprar sobre todo alcohol, tabaco, gasolina y otros productos que se amontonan en tiendas tipo feria con todo a la vista del comprador, incluso ropa y complementos, aprovechamos que también hay bares y restaurantes y comemos en uno con terraza un menú muy aceptable, viendo como los vecinos franceses compran alcohol y tabaco sobre todo y lo cargan en grandes cantidades en los vehículos.

  De aquí por una carretera que nos recomiendan, algo montañosa por momentos, bajamos hacia Pamplona para dirigirnos lo más al sur posible para que el camino de vuelta sea más corto, optamos por hacer noche en Calahorra, nos suena pueblo romano, el parador nacional nos cuesta casi como la pensión del día anterior, ni punto de comparación. En cuanto a la ciudad, esperábamos algo más interesante, o no supimos ver, al llegar con el coche y pasar por la zona junto a una antigua iglesia que parecía la más centrada en el casco antiguo, éste barrio estaba muy descuidado y viejo, casi en ruinas algunas casas, así que vimos una iglesia mas cercana al parador, aunque a estas horas ya estaba cerrada y poco más el paseo junto a parador, con terrazas y cena a base de pan con jamón de la zona, con un servicio pésimo por parte de los chavales que lo regentaban, espera que te espera para una caña, bueno pasamos página y seguimos al día siguiente dirección Soria.

Calle en Ondarribia, al fondo parador e iglesia

Muralla y puerta de entrada en Hondarribia

Playa en San Juan de Luz

  Día 7.

   Inicio de la vuelta a casa, dirección Soria pedimos indicaciones en el parador antes de salir pero no dimos con la dirección adecuada  y llegamos igualmente dando una vuelta por Arnedo y Arnedillo, una carretera estrecha de la ruta del Cidacos, parecía el camino de nunca acabar, sube y baja esperando no encontrar a ningún vehículo de cara por lo estrecho del camino por llamarlo de alguna forma, al final llegamos justo a la nacional donde está Numancia, así que lo visitamos.

  Visita a las ruinas, previamente te muestran un vídeo para ponerte en antecedentes sobre la zona de unos 10 minutos, entrada 0,60€ de risa, que menos que 2 o 3€, hoy día sería lo mínimo, tiene un recorrido a través de los restos encontrados, con un par de casas de época romana y otra anterior que puedes recorrer su interior y ver como vivían, las zonas para recoger agua, parte de una muralla, vistas impresionantes del valle del Duero, restos de distintos tipos de casas y calles con sus pasos de una a otra lado aún conservados, y una tienda a la salida del recorrido, muy interesante.

Ruinas de Numancia


  Llegada a Soria, aparcamos junto a la plaza de toros, y una pequeña vuelta antes de comer en el Casino de la ciudad, un menú muy aceptable y bien de precio, luego a recorrer los puntos de interés de la ciudad, calle Collado hasta la plaza mayor, con el edificio del Ayuntamiento, el Teatro, la escultura en el centro de la plaza, Ntra. Sra Mayor y continuamos hacia el Palacio de los condes de Gómara, impresionante edificio, pasamos junto a la concatedral de San Pedro cerrada a esta hora y continuamos al otro lado del Duero, para visitar el claustro de San Juan de Duero, una joya de claustro (0,60€) visita al claustro mudéjar y el interior de la Iglesia con capiteles restaurados de gran belleza, a la vuelta ya visitamos el claustro de la concatedral de San Pedro (2€), mucha paz, solos visitando el claustro con detalle, cada capitel es distinto al anterior, con hojas diferentes, personajes, batallas, cada uno distinto al anterior, vuelta al centro, visita a la parte del centro de la Alameda de Cervantes, enorme parque en la ciudad, la ermita de la Soledad, y visita a San Juan de Rabaneda y a la vuelta al coche, la Iglesia de Santo Domingo con un pórtico espectacular.

Palacio de los condes de Gómara

Claustro mudéjar en San Juan de Duero

Concatedral de San Pedro, claustro

Pórtico de Santo Domingo

San Juan de Rabaneda

   Unas compras de dulces de la zona y viaje de regreso, a la medianoche en casa.

   Saludos y a viajar.




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