miércoles, 24 de septiembre de 2014

Lisboa y Oporto


  Viaje realizado en julio de 2010 yendo a Lisboa desde Madrid en avión y vuelta desde Oporto a Alicante directo. Una pena que hiciera tanto calor al menos los días que estuvimos en Lisboa, con tanta colina por subir y bajar, acabamos bastante acalorados.

  Nos alojamos en el HF Fenix Garden, 3 estrellas limpio y curioso, con desayuno, el bus del aeropuerto tiene una parada antes de llegar a la rotonda del Marques de Pombal junto al Hotel, descargamos las maletas, y empezamos a caminar avenida de la Libertad hacia abajo, dirección centro, hasta la estación de tren de Rossio, hay un largo tramo, aquí tenemos 3 plazas, muy juntas la de los descubridores, casi una rotonda alargada, y frente a la Estación de tren la plaza de D. Pedro IV presidida por el Teatro Nacional, y contigua, la plaza da Figueira, presidida por la estatua de D. Joao I. Desde aquí hacia el mar bien por la rua Augusta o las paralelas llegamos a la plaza del Comercio, junto a la desembocadura del río Tajo. Espléndidas vistas.

  Día 1. Lisboa.

Interior del claustro de los Jerónimos


 Vamos hasta el monasterio de los Jerónimos en Belem, enorme monasterio con una fachada barroca espectacular, y un no menos interior, así como su claustro de pilastras gigantes, como llegamos a la hora de abrir la cola es escasa y va rápido. En el exterior unos jardines con fuentes ornamentales que nos llevan a la orilla del delta, y junto al monumento a los descubridores, desde aquí tenemos unas vistas del puente colgante 25 de abril, una copia en miniatura del de San Francisco, y en la otra orilla, en lo alto de una colina, también en miniatura un Cristo como el de Río de Janeiro. De paseo vamos hasta la torre de Belem, torre vigía junto al río, cuerpo de guardia, visitable el interior con cañones, almenas, murallas, muy bonita la estampa junto al mar.

Torre de Belem
  Comemos en uno de los muchos restaurantes que hay frente a la famosa fábrica de pasteles de Belem, un menú, y de postre visitamos la susodicha cafetería-fábrica-museo de los deliciosos pastelitos de Belem, con esa canela por encima y azúcar quemado.

  Volvemos al centro con un funicular o tranvía para salvar grandes alturas, subimos a un mirador desde donde podemos ver al otro lado de la ciudad, el castillo de San Jorge, y Lisboa a sus pies, bajamos de nuevo a la estación y tomamos el elevador de Santa Justa, también hay buenas vistas y llegamos a la Iglesia del Carmen sin techo por los numerosos terremotos e incendios que sufrió esta ciudad, alberga un museo arqueológico.

Iglesia del Carmen y museo arqueológico
  Cenamos en una de las terrazas de la avenida libertad, viendo la semifinal del Mundial entre España y Alemania. Volvemos a ir a la plaza del comercio para fotos nocturnas junto al río.

  Día 2. Sintra.

  Llegada a Sintra en tren y subida a la colina donde está el Castelo de los Mouros, en bus local, estamos ante un castillo-fortaleza, que parece hecho por una mezcla de Gaudí y Dalí, con monstruos en los ventanales, figuras raras por todos lados, gárgolas de todo tipo, cúpulas en punta o redondas, y los salones del castillo, con muchos rincones para ver y admirar, después de una ruta por todo el castillo, seguimos por nuestra cuenta por unos jardines anexos, con lagunas artificiales con patos, cisnes, peces de colores, que nos lleva a una salida un poco más abajo del acceso inicial, volvemos a bajar en bus al pueblo.

Castelo dos Mouros. Sintra
  Paseamos por las estrechas calles, repletas de restaurantes, tiendas de souvenirs y artesanía local, está todo el pueblo muy dirigido al turismo, comemos un menú de tantos para turistas, ni mejor ni peor, el bacalao au natas, ya lo pruebo dos veces y no encuentro el bacalao por lado alguno. Visitamos el Palacio Nacional de Sintra, una casa Señorial, que albergaba una fábrica o eso parece, ya que desde fuera salen dos enormes chimeneas hacia el cielo, varios salones con cerámicas típicas, patios interiores, capillas, abusan del azulejo típico de la zona blanquiazul.

Jardín en el exterior del castillo de Sintra
  Optamos por ir hasta Cascais, pero el periplo con buses antiguos sin aire acondicionado y bajo un sol abrasador nos pasa factura y al llegar a Cascais estamos más que quemados, paseamos por sus calles camino de la zona de playa, junto a los barcos anclados, mucho gentío junto al mar, nos refrescamos con helados, y a la vuelta en tren a la capital vamos por toda la costa hasta llegar al centro.

Playa en Cascais
  Día 3. Lisboa.

  Subimos al tranvía típico amarillo de la ciudad hasta la Catedral Sé, justo antes cerca de la zona portuaria pasamos junto a la casa de las bicas, casa con picos por toda su fachada, cerca de la catedral hay un mirador, hacia el mar y hacia los tejados del barrio con calles estrechas, aprovechamos el bono del tranvía, y subimos hasta la parada del Castillo de San Jorge, todavía se sube a pie un tramo, pero vale la pena, las vistas desde lo alto son magníficas, alberga un museo en su interior, bar cafetería, y deambulamos por las murallas y almenas. Hay una serie de torreones que pueden visitarse, en uno de ellos hay un periscopio de la época de Leonardo da Vinci, en el que a base de espejos y lentes, en un gran espejo semiesférico puede verse partes de la ciudad según el guía va explicando, impresionante. En el exterior junto a unos árboles, bancos a la sombra para poder ver con tranquilidad la panorámica desde lo alto. Para volver al centro bajamos multitud de escalera a pleno sol.

Plaza del comercio desde el Castillo de san Jorge

Castillo de San Jorge
  Ante el gran bochorno que llevamos nos vamos al hotel a siestear, para reponernos y cubrirnos del sol que cae. Al caer la tarde volvemos al centro, probamos en un "bareto" de la plaza da Figueira un licor de cereza típico, fuerte, más tarde vamos hasta un restaurante típico recomendado por guías en la zona nocturna, de camino en un patio interior enorme están dando un concierto de música clásica con gran expectación. Después de una espera prudencial nos atienden y cenamos muy bien, el ambiente y la decoración del local son especiales, Cervejeria Trindade en la calle del mismo nombre, era un antiguo convento o monasterio.

  Día 4. Lisboa.

  Con el metro nos desplazamos hasta la nueva zona de la Expo, donde hay un nuevo barrio de edificios modernos sin calles inclinadas, hay centros comerciales y tiendas varias, avenidas amplias, y un enorme acuario con un tanque central de dos plantas hacia el subsuelo y otros pequeños acuarios alrededor con otro tipo de peces, aquí te pasas la mañana mirando todo tipo de peces: tiburones, rayas, morenas, caballitos, estrellas de mar, peces tropicales, corales, calamares, pulpos y como hay tanto cristal pues todo el mundo quiere coger la mejor foto. Otra zona al aire pero cubierta con pingüinos de todo tipo, nutrias juguetonas. Al final de la visita tienda de recuerdos al uso, y a la salida, comemos en el centro comercial cercano.

Zona de pingüinos

Uno de los tiburones en el gran tanque
  Es nuestro último día en Lisboa, así que vamos frente al hotel al parque Eduardo VII y desde arriba se tiene una espectacular estampa de la ciudad con el jardín en primer plano y la rotonda del Marqués de Pombal en segundo, el río al fondo, y volvemos a las plazas del centro para un último paseo.

Vista desde el jardín Eduardo VII
  Cogemos un tranvía nocturno que nos sube a un lado junto al Parlamento, el conductor nos hace bajar y nos dice que subamos cuando da una curva, fotos y vuelta a subir al otro lado de la colina parada junto a un parque vamos siguiendo una calle junto a la iglesia y aquí tenemos un mirador de la ciudad bonito con muchos jóvenes tomando copas en la zona. Fotos y vuelta a coger un nuevo tranvía que nos baje al centro y caminemos hasta el hotel.

  Día 5. Viaje a Oporto en tren desde Lisboa, llegamos a la tarde y una vez instalados en el Hotel Mercure, paseo desde el Hotel al Duero pasando por el Ayuntamiento y su plaza, junto a la Iglesia, y paseo por las terrazas junto al Duero lleno de bares y restaurantes, al otro lado del río bodegas en Gaia, y el precioso puente de Luis I, del mismo autor que la torre Eiffel, cogemos mesa en una terraza para cenar y ver como España gana el mundial de fútbol en la prórroga a Holanda. Campeones al fin.

  Día 6. Oporto.

 Salimos dirección de la estación de tren, que en su interior tiene unos magníficos azulejos que recrean pasajes históricos, enfrente la Iglesia de San Antonio en su fachada también detalles de azulejos blanquiazules, plaza del ayuntamiento con la estatua de D. Pedro IV, visitamos la famosa libreria Lello por algo relacionado con Harry Potter o su autora, a tope de gente, solo mirando, al lado la fuente de los leones y la iglesia de la Carmelitas, visita interior, como no con azulejos en su fachada, de aquí muy cerca la iglesia y torre de los Clérigos, con visita y subida a la torre que tiene la vista más alta de la ciudad.

Iglesia de las Carmelitas
   La Catedral está en dirección al río Duero, visita a su museo, claustro, sepulcros, y vistas desde lo alto del claustro, bajamos junto al río y comemos en una de las terrazas justo debajo del puente de Luis I , compramos la entrada para un paseo en barco por el río, para hacer tiempo damos una vuelta y visitamos la Iglesia y museo de san Francisco muy cerca del rio.

Vista lateral de la Catedral
  Paseo por el río nos llevan hasta un puente más alejado del centro, luego vuelta al otro lado viendo a chavales lanzarse al río desde la parte baja del puente de hierro, vista del barrio junto al río más antiguo y arriba una muralla, ermitas junto al río, el viaje acaba y nos deja al otro lado, en la parte de las bodegas de Gaia, subimos hasta lo alto del puente Luis I, y hay unas vistas soberbias de la zona a un lado y a otro, cruzamos por la parte peatonal del río, con un fuerte viento.

Vista desde Gaia, barcos típicos y puente Luis I

Vista desde lo alto del puente Luis I

  Día 7. Viaje de vuelta desde Oporto a Alicante directo.

  Saludos y buen viaje.

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