miércoles, 13 de noviembre de 2019

Subida a Pico Urbión y pasarelas de Montrebei


 Este pasado mes de septiembre (2019) nos hemos decidido a ir a hacer la ruta de las pasarelas de Montrebei, entre Huesca y Lleida, que vimos un documental en la TV muy chulo, y para completar los días de vacaciones, decidimos subir también el pico de Urbión en la montaña soriana y hacer un poco de turismo por el camino.

  Día 1. A la mañana saliendo del mediterráneo este nos dirigimos hasta Guadalajara, que llegamos a mediodía, con un sol de justicia de mas de 30ºC a la sombra, así que pocas ganas de callejear a esas horas, fuimos a comer, en la plaza mayor, en el Dublin House, un menú del día, buen servicio y buena comida, y paseando con la solana nos acercamos al Palacio del Infantado, muy hermoso su interior de arcadas decoradas.

Palacio del Infantado. Exterior.



Palacio del Infantado. Interior del patio.

 Continuamos por Plaza de España, y antigua Iglesia de los Remedios, aquí giramos a la derecha para ir por la sombra hasta la Concatedral de Santa María, y de vuelta a la plaza de Santo Domingo donde hay un curioso tronco de árbol, esculpido en forma de libro, uno sobre otro. Nos decidimos a volver al coche cerca del Parque de San Juan Bosco, en otra ocasión con mas tiempo visitaremos la ciudad y no en verano, por supuesto.

Concatedral de Santa María
  Nos dirigimos a Sigüenza, una hora al norte de la capital, nos alojamos en el Hotel El Doncel, que también tiene restaurante en la planta baja, no tiene ascensor, pero es la única pega, tiene cerca aparcamiento libre, junto al parque, muy bien decorado y amplia habitación y aseo, con desayuno a la mañana incluido.

  Damos una vuelta, como ya estuve unos años antes con un amigo, haciendo el Camino del Cid en bici, ya conozco un poco el pueblo, así que su centro es la enorme Catedral, y su plaza, por aquí siguiendo la calle Mayor ascendemos una adoquinada calle hasta el Parador, que está ubicado en el interior amurallado de un antiguo castillo.

Catedral de Sigüenza

Castillo Parador de Sigüenza
 Podemos entrar hasta el Hall, en su interior está el parador y un restaurante y podemos ver desde una cristalera el enorme patio de armas, donde se ubica una cafetería, donde se puede tomar algo. Nosotros callejeamos barrio abajo, viendo la Plazuela de la Cárcel y el Arco del Portal Mayor, restos de la muralla medieval, el Pósito, el edificio del Torreón, y vuelta a la calle Cardenal Mendoza, la que hay mas comercios que desemboca en la Catedral de nuevo.

 En la plaza cruzamos la puerta del Toril, para ir hasta un mirador, pero la vegetación tapa bastante las vista de la muralla, al fondo se puede ver el Parador. En la plaza mayor decidimos tomarnos una cervezas y elegimos una de las dos terrazas, creo que era la Catedral su nombre, al final, pedimos allí mismo una par de tostadas, que por cierto, estaban incomibles de lo duro que estaba el pan tostado, un total desacierto. Paseo nocturno por el parque de la Alameda junto al Hotel.


  Día 2. Desayuno variado tipo buffet en el hotel, tostadas, zumos, cafes, bollería, etc, y al salir en un Día próximo nos aprovisionamos de agua para el viaje. En una hora llegamos por carreteras estrechas y sin tráfico, hasta la ermita de San Baudelio, próxima a Berlanga de Duero. Es una ermita románica con motivos árabes en su interior, no es muy grande, pero la arcada estilo árabe, y su columna central, así como las pinturas, que están muy bien conservadas, hacen de este un lugar especial y de visita muy recomendable, si estás por la zona. La entrada es gratuita y hay una persona que da explicaciones de la ermita con sumo gusto.

Interior de la ermita de San Baudelio
  A pocos minutos esta Berlanga de Duero, aparcamos junto a la entrada al Castillo, (que es la oficina de turismo), que se ve a la legua, antes de entrar en el pueblo, y con la audioguía correspondiente, hacemos una visita primero por su exterior, donde nos explican la cantidad de jardines que había, y luego en su interior que solo quedan los cuatro muros principales y sus torres enormes en las esquinas, hay una parte no visitable que  está en restauración. Las explicaciones de audio son muy interesantes, las vistas del pueblo desde el castillo también son espectaculares.

Berlanga de Duero desde la subida al Castillo

Patio interior del Castillo de Berlanga de Duero
  En el pueblo visitamos la Colegiata de Santa María del Mercado, por cierto , en los alrededores y en la plaza mayor había mercadillo, interesante visita.

Techo de la colegiata

Colegiata de Santa Maria del Mercado
 Como todavía hay tiempo para comer, seguimos camino, esta vez hasta Calatañazor, por carreteras sinuosas y estrechas, aunque sin ver un alma por todo el trayecto, es un pequeño pueblo, con un castillo en su parte alta, del que queda parte de la muralla y un cuerpo central al que se pude acceder, para tener las vistas del mas alto lugar del pueblo, las vistas al pueblo desde aquí y al entorno, con los buitres surcando los cielos son dignas de fotografiar.

Castillo de Calatañazor

Vistas del pueblo desde el castillo. Calatañazor
 En el pueblo varios restaurantes, y casas típicas de la zona son sus cortinas de esparto, y vigas de madera a la vista, parece anclado en el siglo pasado, muy bonito, hicimos parada en el Palomar, restaurante de como otros que vimos no tiene menú, e hicimos un pedido de la carta, muy bien presentado y servido en el jardín, debajo de la sombra de un enorme nogal, una pasada de sitio sin oír ruido de coches, solo los comensales de alrededor y las camareras.

Casa típica en Calatañazor
 De camino a Vinuesa nuestra parada, vemos un cartel de playa, y nos dirigimos allá, en parte del Embalse de la Cuerda del Pozo, hay varios bañistas, y un restaurante, en otra zona próxima hay servicio de patines de agua, para diversión del gentío que a esta hora es escaso, el color del agua no invita al baño,supongo que será por algún tipo de alga.

Embalse de la Cuerda del pozo
 En Vinuesa, nos alojamos en el Hostal Vinuesa, en una tranquila calle, con sitio de sobra para aparcar, una vez instalados, damos una vuelta al pequeño pueblo, con sus callejuelas estrechas y pasos con arcadas o pasadizos, hasta llegar al Ayuntamiento, y la Parroquia de Nuestra Señora del Pino, en el centro del pueblo. Hay bastantes bares para lo pequeño del pueblo, pero también la mitad están cerrados o de vacaciones. En un super compramos algo de frutos secos y galletas dulces y saladas para la ruta del día siguiente.

Calle en Vinuesa
  En el Hostal Bar Urbión, tomamos unas cañas y la cena, no antes de las 8:30h porque sino no sirven, el servicio y la predisposición de los trabajadores deja mucho que desear. A estas horas ya empieza a refrescar por la zona, muy cerca de la montaña.

  Día 3. Desayuno en el hostal, no está incluido, hay una zona habilitada muy chula, la anfitriona y su marido nos dan para la marcha un buen desayuno variado. Hace bastante frío y amanece día ventoso. En el pueblo el coche marca 11ºC a una media hora llegamos junto al aparcamiento de La Laguna Negra y aquí marca 6ºC a primeros de septiembre, nos abrigamos todo lo que podemos y comenzamos a pocos metros la Laguna Negra, espectacular entorno y a primera hora de la mañana que no hay nadie mas que nosotros, una gozada, pero con mucho frío.

Laguna negra al amanecer
  La primera subida es la mas abrupta y dificil, en ocasiones hay que ir a cuatro patas para subir algún tramo, pero es corto, una vez arriba las vistas a la laguna son muy chulas, y empieza la caminata, por un sencillo sendero, bien indicado con señales y de vez en cuando con flechas blancas en el suelo. Primeramente llegamos hasta la laguna Larga, seguimos cresteando con una niebla que nos acompaña por todo el día, el viento sopla y la sensación térmica baja poco a poco. Ya cerca del pico Urbión, hay una cruz grande, ideal para fotos, y una roca con un enorme agujero en la base, por donde sopla el aire que da gusto, de aquí a la cima son pocos metros, en la parte final mas abrupta se llega al pico donde hay un pequeña cruz, donde la gente deja cintas de colores, en la piedra a cubierto hay una especie de buzón de hojalata.

Laguna larga

Cima del pico Urbión
  Fotos y muy cerca a 500 mt se encuentra el nacimiento del río Duero, con un gran cartel indicador, aquí, aprovechamos que hay una especie de banco para almorzar, y recuperar fuerzas, pero con el frío mejor seguir, que helarse. Desandamos los 500 mt. para bajar por una ancho camino, con vistas a varios pueblos a nuestra derecha, al fondo del valle, hasta llegar a la laguna Helada, que en poco tiempo nos conecta con el primer sendero, bajamos el tramos peligroso, que ahora bajando no lo parece tanto y la Laguna Negra de nuevo, ahora con Sol, nos deja una bonitas fotografías.

Monumento junto al nacimiento del Duero

Laguna Helada

Descendiendo a la Laguna Negra
Laguna Negra al finalizar la jornada a pleno sol
  Hemos realizado la ruta en unas 5 horas a un ritmo pausado y parando en las lagunas, el nacimiento del río, y el pico Urbión, y alguna mas. Justo a tiempo de bajar al pueblo y comer sentados a la mesa en un lugar calentito. En el Hotel Alvar Gonzalez, tienen menú de mediodía, del que damos cuenta para volver al hostal, darnos una merecida ducha y descansar por toda la tarde.

  Día 4. En marcha hoy jornada de coche, después de abandonar Vinuesa por el camino del día anterior hacia la Laguna Negra, pero continuamos por la Estación de esquí de Santa Inés, por carreteras estrechas una vez mas, pasando alguna pequeña aldea, y con alguna vaca y caballos sueltos por la carretera hasta la N111 que une Soria con Logroño. En esta, nos encontramos un buitre en plena carretera que evitamos al tiempo que sale volando, otra anécdota que contar, luego ya hasta Logroño, y continuamos dirección Jaca, destino final, paramos a estirar las piernas, y tomar algo en Puente LaReina, para recordar el paso en bici de hace un año.

 Nos alojamos en unos apartamentos, junto a la rotonda de la Gasolinera a la entrada, que no tienen llave, te mandan por mail, un clave para entrar al edificio y otra para la puerta de tu apartamento, con un aseo grande y una bañera junto a la cama, todo de buena calidad, la TV de plasma grande, el colchón y almohadas, y la ducha. Tienen en la habitación calentador de agua para infusiones y cafés, así como agua a discreción en el hall para los alojados y algo de bollería para el desayuno. Muy moderno todo y muy bien. Son Habital Suites en Jaca.

 Una vez instalados nos vamos a comer, fuimos a un bar en calle que va hacia la ciudadela, creo que era el Lilium, con una gran carpa con mesas en el exterior, la carta era muy amplia y variada en carnes, pero no me gusto, no parecía muy esmerado en la elaboración de platos y eso que el menú no era económico.

  Nos fuimos a visitar el Real Monasterio de San Juan de la Peña, que como indica su nombre está enclavado debajo de una gran roca en la montaña, via Santa Cruz de la Serós, por una carretera estrecha que asciende hasta los pies del Monasterio, allí sacas la entrada y subes. Primero se visita la parte baja o sótano, donde hay un techo de arcadas, que parece tipo almacén, al fondo hay una especie de antigua capilla, en la planta superior, hay varias criptas en el suelo, y unas estancias donde ahora han puesto varios paneles, donde dan información de los monjes, el entorno natural, los constructores, etc, y por aquí accedemos al claustro que se encuentra enclavado debajo de la piedra y que lo que queda es lo mas espectacular y cuyos capiteles también están muy bien conservados, todo esto debajo de la roca de la montaña.

Literalmente, esta debajo de la peña

Sótano del Monasterio

Claustro del Monasterio

Arcada del Claustro de San Juan de la Peña
  Una vez visto, vamos también donde su ubica el nuevo monasterio, a unos 2 km mas arriba,donde hay una parte de museo, en el que se ve al antiguo por debajo, pisando un suelo de cristal y en el que se pueden ver las instalaciones del antiguo monasterio antes de su destrucción, con sus aposentos y los distintos sitios donde se trabajaba, panadería, carpintería, barbería, etc, es un espacio muy amplio, En este complejo también hay un Centro de Interpretación del Reino de Aragón, que no visitamos.

Escenificación de la antigua barbería

  Bajando pasamos por un pueblo, Santa Cruz de la Seros, en el que paramos a ver sus dos Iglesias románicas y las curiosas chimeneas con forma cónica, que debe ser característico porque en la rotonda de entrada hay una en el centro.

Iglesia de Santa María

Iglesia de San Caprasio

Forma de las chimeneas del pueblo
 De vuelta a Jaca y tras un descanso, vamos a callejear, por la zona de tapas, calle del Coso, Ramiro I, Torre del Reloj, C/ Ramon y Cajal, C/ Mayor y Plaza de la Catedral, y sus alrededores, donde hay mucho bar de tapas o pinchos, y comercios, casi todo peatonal, con muy buen ambiente. Cenamos en el bar Marboré, junto a la torre del Reloj, y muy bien, varios pinchos con cañas, y listos.

  Día 5. Después de desayunar un poco en la habitación y hall, del Habital Suites, nos vamos ha visitar la Ciudadela, antes pasamos por una churrería Horno Jaqués, y probamos unos churros, para completar el desayuno, a las 10:30 abren la Ciudadela, hay una entrada combinada para ver el Museo de Miniaturas Militares, pero como tenemos cita para visita guiada a la Estación de Canfranc, solo veremos la Ciudadela, en el foso anterior a la entrada, hay un gran grupo de ciervos, sueltos, y donde el personal, hacemos fotos si se acercan.


Ciervos en el foso de la ciudadela

Pasillo interior en la zona de almacenes

 El edificio es un pentágono, con un patio interior enorme y rodeado de edificaciones, y en cada uno de los vértices hay unas torres redondas enormes, donde vigilar y disparar en su caso, también hay una zona de almacenes con pasillos estrechos y oscuros, que a primera hora de visitas no había casi nadie, y el ambiente era perfecto, también una iglesia, y en un lado del patio, hay un Museo de la bicicleta, de entrada gratuita, que si vimos, desde bicis, de las primeras de una rueda grande y otro chica, hasta las primeras de carretera y de la guerra, hasta las actuales, para una aficionado a la bicis es muy interesante, así como los accesorios de la época para la bici.

Detalle de la exposición de bicicletas
 A menos de media hora, se encuentra la Estación de Canfranc, rodeada de andamios, esperamos a nuestro turno de visita guiada, sino no se puede acceder, reservado previamente por internet, y acompañados del guía, que nos reparte cascos de obra, ya que la zona está en reforma, nos va contando la historia de la construcción de la Estación, de su época, lo que ocurrió en tiempos de guerra civil, la segunda guerra mundial y su posterior deterioro y casi abandono. Solo se visita la parte ya terminada que es el Hall, al que accedemos por un paso subterráneo, todo esto haciendo paradas donde el guía da sus explicaciones, en el Hall, totalmente restaurado, nos ponen un vídeo de la época del espionaje y comercio en la estación de Canfranc, todo muy interesante, el entorno también.

Estación de Canfranc, ala izquierda

Hall interior de la Estación de Canfranc
 A la hora de comer dimos una vuelta por el centro, casi toda la zona era de tipo tapas y vermut, así que al final buscando un lugar con menú, dimos con el Brasa Bar Universal, junto a la parroquia de Santiago, cerca del alojamiento, con un menú que incluía alguna carne a la brasa. Buen servicio, y buena comida por módico precio. Repetiría.

  Siesta en la mullida cama del Habital Suites y paseo al atardecer, de nuevo por Jaca, hasta parar en la plaza de la Catedral, en Casa Fau, nos tomamos una cañas con vistas a la catedral, y al final, picamos unas raciones en el mismo sitio y ya cenados nos despedimos de Jaca.

Vista a la catedral de Jaca tomando unas cañas
  Día 6. Hoy tenemos que llegar a dormir al Albergue de Montfalcó, y hasta la tarde hemos organizado para ir viendo pueblos hasta la tarde por una ruta no muy larga, así que la primera parada fue Torla, la entrada al Parque Natural de Ordesa y Monteperdido, allí todo el mundo para en el parking, para coger el bus que va hasta la entrada del parque y del que salen diferentes senderos. Nosotros solo visitamos el pueblo, todas las casas de piedra negra y sus tejados de terrazas negras, una iglesia en el pueblo, una plaza pequeña junto al ayuntamiento, y muchas casas rurales, en poco tiempo lo vimos, así que al siguiente, eso si la carretera desde Jaca donde se pasa un puerto, es estrecha y llena de curvas, al final mejora bastante.

Vista de Torla desde el Parking

Panadería en Torla
  Segunda parada Ainsa, parada en el aparcamiento de abajo, y previa visita a la oficina de turismo, subida de escaleras hasta la zona antigua, previo paso por una de sus antiguas puertas, donde por la calle de la derecha por la que optamos, va directa a la plaza del pueblo, todo adoquinado, y en la plaza muchos bares y terrazas, donde tomar algo.
  Al fondo el antiguo castillo amurallado, donde hoy hay una feria de productos, con tractores y una gran carpa con comida de muchos lugares de España, dulce, salado, embutidos, quesos, de todo, en un entorno rodeado de montañas, muy bonito, bajamos por la otra calle que lleva hasta la puerta de entrada con algunos bares y restaurantes, es un pueblo muy bonito, y este fin de semana de feria muy bullicioso.

Casa de piedra típica de Aínsa

Plaza del pueblo, al fondo la iglesia

Interior del castillo amurallado con las carpas de la feria instaladas
  Tercera parada Graus, visitamos su plaza mayor, con varias pinturas en su fachada y ya es hora de comer, en esa zona no vimos ningún establecimiento abierto, así que calle abajo, dimos con el Stopive, donde había un menú del día, comimos bien y a buen precio para ser domingo, el pueblo parecía desierto, supongo por la hora y tal vez fuera después de fiestas. Al acabar dimos una vuelta por el paseo junto al rio Esera, y callejeamos por el casco viejo, hasta llegar de nuevo a la plaza Mayor, como ya el Sol hace estragos, nos vamos a por el coche y marchamos, con una previa parada en el embalse de Barasona, para hacer fotos, pero una pena porque está con poca agua.

Plaza mayor en Graus, con fachadas decoradas

Embalse de Barasona, con poca agua
 Última parada del día y con sorpresa, porque a partir de Viacamp, vamos por un camino de tierra durante 15 km hasta llegar al Albergue de Montfalco, la pista es amplia, pero bien por efecto de las lluvias o por el mal estado, hay varias pendientes pronunciadas, el coche, de vez cuando dio con los bajos en el suelo, y la conducción tampoco es agradable en estos casos, al final casi una hora para hacer 15 km.

  Una alternativa, yo si la sé la habría elegido, es dejar el coche en Viacamp, y que en una taxi tipo furgoneta que hay varios por la zona, te lleven al albergue y a la vuelta igual, en el albergue había varios teléfonos para tal efecto.

  El albergue bien, todo muy rustico , ya que el agua escasea, y la luz también, por la tarde ya instalados, fuimos a un mirador sobre el embalse con unas vistas fabulosas y al otro lado visitamos la ermita de Santa Quiteria, ambos a unos 10-15 minutos a pie, la ermita está enclavada en lo alto de un risco sobre el embalse, para su reconstrucción leí en un panel que tuvieron que traer los materiales en helicóptero, una pasada, pero se ha quedado muy bien. A las 20h se sirve la cena, con dos platos, sin poder elegir, y postre. Pronto a la cama, para madrugar al día siguiente.

Embalse visto desde el albergue Montfalcó

Ermita de Santa Quiteria, abajo el embalse
 Día 7. Listos para el desayuno tipo buffet en el albergue, tostadas, zumos, yogures, leche, etc, bien, y comienzo de la ruta. Un guía afuera nos espera para darnos una indicaciones para la vuelta en kayak, todo muy claro. Hace fresco, pero como intuyó que hará calor a lo largo del día, inicio con manga corta, para ir con menos carga a la vuelta.

  La primera parte es una senda fácil de seguir, pasamos junto a una fuente de agua, y vamos descendiendo bastante, hasta llegar a la base de la pared de la sierra, allí empieza el primer tramo de escaleras colocadas en la piedra, en algún tramo solo es tipo pasarela sin escalón, no apto para los que tienen vértigo. Volvemos a descender para acceder al segundo tramo de escaleras en la piedra, este segundo tramo es mas largo y mas espectacular, en ocasiones hay que agacharse porque la roca se echa encima del paso, creo que personas muy grandes lo tendrían complicado.


Detalle de las pasarelas
  Una vez arriba del todo se ve muy claro el paso estrecho del río entre Huesca y Lleida, ahora descendemos de nuevo hasta llegar al puente colgante de hierro, para cruzar al otro lado. Ya en la parte de Cataluña, ascendemos por una senda hasta enlazar con el camino excavado en la roca de este lado del río, vemos algún kayak y alguna motora por el río. Por esta zona empezamos a cruzarnos con gente que viene en sentido contrario desde el aparcamiento de La Masieta, poco a poco vamos siguiendo el río y este va perdiendo caudal poco a poco, justo al lado de otro puente mucho mas corto, esta la salida de los kayaks, pero como hemos de esperar, ya que hay mas gente nos aconseja el monitor que vayamos hasta La Masieta para tomar algo, y luego volver a los kayaks.

Vista desde el puente colgante

Río Noguera y el camino excavado a la derecha

Camino excavado
  En la tienda hay para picar y bebidas, aseos, y varios objetos de recuerdo, así como alimentos de la zona, mieles, mermeladas, chocolates, etc, hay información en paneles y varios mapas para consultar. En el banco que hay fuera a la sombra picamos lo que hemos traído, y nos ponemos el pantalón corto, para continuar a la zona de los kayaks.

  Después de una larga espera, donde nos informan e instruyen del uso de los kayaks, remos y demás, así como del contrato que hemos firmado, empieza el turno de ir al agua con el kayak, una vez repartidos no disponemos a remar a favor de corriente.

  El agua en esta zona mas alta está fría, comenzamos practicando la frenada en el agua, o el giro a un lado y a otro, y seguimos la marcha, de vez en cuando vemos a nuestro alrededor, salpicaduras de agua, pero hasta mas tarde no vemos que son peces de gran tamaño en el río. Las vistas de abajo son espectaculares se puede ver la pared de la roca es su máxima dimensión. En los pasos estrechos el aire va en contra y hay que remar con ganas, ya nos han advertido de este tema. Lo cierto es que sopla con bastante fuerza en los pasos estrechos. Por lo demás vamos viendo a los senderistas por  arriba , en el puente colgante y por las pasarelas. En los pasos estrechos tenemos que ir con cuidado ya que a veces, pasa alguna motora muy despacio, pero al hacer un poco de ola, se mueve el kayak.

 El trayecto parece corto pero poco a poco, parece nunca acabar, en el horizonte sobre la montaña, se observan varias ermitas a un lado y otro. a partir de aquí se abre a nuestra vista el embalse de Canelles, y el embarcadero del albergue está a nuestra derecha, donde nos recogen, aquí podemos darnos un baño, también en alguna orilla anterior del río, pero nosotros no paramos hasta el final, aquí el agua está menos fría que arriba, el baño sienta fenomenal, después de un día de sol.

Embalse de Canelles junto al embarcadero del albergue
  Entregamos todo el material que nos han dado, y nos suben en jeep hasta el albergue, donde ya tenemos las maletas hechas y nos vamos hasta el coche para hacer el camino de vuelta a la carretera, otros 15 km de camino de tierra, que está vez se nos hace algo mas corto y no nos parece tan peligroso como a la ida. Pernoctamos en Barbastro que nos cogió de camino, para al día siguiente seguir hasta casa, en una jornada de viento por las carreteras de Aragón.

 Ánimo y a viajar.







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